El azul del mar ha marcado hasta tal punto la relación del hombre con el mar que la Tierra muchas veces se convierte en el Planeta Azul.
El por qué esa gran masa de agua es azul ha dado lugar a muchas preguntas y varias teorías. No es azul porque refleje el color del cielo, como asegura la creencia popular. La respuesta es algo más compleja.
El hecho es que el agua está compuesta por hidrógeno y oxígeno -H2O-. Lo que poca gente conoce es que absorbe mejor las longitudes de onda larga que las de onda corta. En otras palabras, absorbe mejor los colores rojo, amarillo o naranja, mientras que no pasa lo mismo con los colores azul y violeta. Estos últimos colores rebotan, y por tanto, son captados por el ojo humano.
El agua es incolora, pero cuando la masa de agua es de grandes dimensiones, a la luz le cuesta más penetrar y refleja un color azul. Por esa razón, a mar abierto, el azul es de una intensidad en ocasiones tenebrosa que invita a imaginar qué extraños seres habitarán en esas profundidades. En cambio, en la orilla es clara y a veces transparente, y va oscureciendo hasta perderla de vista en la línea del horizonte.