La tortuga boba (Caretta caretta) es la más común y abundante de las siete especies de tortugas marinas que podemos ver en el Mediterráneo, aunque este hecho no impide que se trate de una especie amenazada y catalogada como vulnerable por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). A pesar de ser la tortuga marina más abundante en aguas del Mediterráneo, la nidificación o puesta de huevos de esta especie, tradicionalmente sólo se produce en la cuenca del Mediterráneo oriental, principalmente en las costas de Chipre, Grecia y Turquía.
En la costa española su nidificación se consideraba ocasional, hasta que en el año 2014 el número de nidificaciones aumentó considerablemente. Los científicos creen que se trata de una consecuencia del aumento de la temperatura producida por el cambio climático.
Los animales que finalizan el proyecto Head Starting, cuando alcanzan la talla adecuada y se encuentran en buenas condiciones para ser liberadas, son devueltos al mar, su hogar. Habrá que esperar entre 15 y 30 años hasta que estos animales alcancen su madurez secual y en el caso de las hembras, comprobar si vuelven a nuestras costas, esta vez para anidar.
La temperatura es un factor ambiental de gran importancia para la tortuga común. Afecta no sólo a la distribución de los adultos, sino que es un factor clave en la determinación del sexo de las crías: a una temperatura inferior a 29ºC nacen mayoritariamente machos y por encima de esa temperatura mayoritariamente hembras. Debido a esto, en las colonias de anidación tradicionales, nacen muchas más hembras que machos, por lo que la colonización de latitudes más altas, como las pertenecientes a nuestras costas, permiten una proporción de sexos más equilibrada para mantener la especie.
“Head Starting” es una estrategia de conservación "ex situ", que implica la cría en condiciones controladas de los neonatos durante varios meses. La mortalidad en el mar durante el primer año es muy elevada. Se estima que solo 1 de cada 1000 tortugas llegan a sobrevivir. El objetivo de este proyecto es evitar las altas tasas de mortalidad de las crías de tortuga marina durante su primer año de vida. En Baleares el gestor del proyecto es el COFIB (Consorcio para la Recuperación de Fauna de las Islas Baleares) organismo perteneciente al Servicio de Protección de Especies de la Conselleria de Medi Ambient i Territorio. Desde el año 2019, año en que se registra el primer nido en Baleares, la Fundación Palma Aquarium, colabora activamente con estos organismos para dar asistencia a los eventos de anidación de tortugas marinas y los proyectos de Head Starting que se producen en Baleares.